viernes, 31 de mayo de 2013

De la vocación a las necesidades económicas.

Nadie puede negar que en estos tiempos las necesidades económicas sean el punto de balance para realizar la mayoría de las actividades del ser humano. Hasta el amor no se ha podido escapar de tal condición, basta observar los 14 de febrero, los 10 de mayo y cualquier otro día que exija socialmente demostrar amor, cariño, fraternidad, etc., aclaro que el amor no sólo se resume en esas fechas sino que es algo más complejo pero lo importante es subrayar querámoslo o no que genera un gasto. Desafortunadamente la educación pasa por este balance que he mencionado líneas atrás a tal punto que podemos decir que las aspiraciones profesionales radican en la capacidad económica de solventar la carrera o en algunos casos la de poseer una beca que garantice la permanencia.

El tema que he traído a colación versa sobre la vocación a las necesidades económicas. Pues bien, no sólo como he señalado arriba, que las aspiraciones profesionales dependen de la economía familiar sino también la elección de la misma depende de las aspiraciones económicas que los individuos tengan. Lo anterior no es otra cosa que la proyección financiera que esperan tener para gozar de una vida mejor. Decantarnos más por lo que podamos obtener que por lo que podamos dar es olvidarnos de la vocación. A continuación explicaré por qué y cuáles son los problemas que esto acarrea desde un punto de vista filosófico.


Antes de empezar es necesario aclarar al amable lector que se entiende por vocación. La vocación es la inclinación a realizar una actividad concretísima en nuestra vida individual a tal punto que eso se refleja en ofrecer un servicio que creemos firmemente que la sociedad necesita. Así cuando nosotros elegimos estudiar medicina no estamos pensando en el “Doctor García” sino que estamos proyectando ser un doctor que se comporte de tal forma, trabajando en tal lugar, luchando por mitigar tal enfermedad, alentando a tales aspirantes a. etc. En pocas palabras cuando se elige una profesión u oficio estamos pensando en cubrir una necesidad social a tal punto que logremos perfeccionarla y alentar a demás personas a realizar las cosas de la mejor forma posible.

 En el caso de la vocación religiosa es bastante singular la forma en cómo se entiende. Me permito traerlo a colación. La vocación tiene una fuerte connotación con un llamado, sí un llamado celestial que ocurre en la vida de los seminaristas. Ese llamado es tan precioso porque es un llamado a servir. La vida de Dios en la tierra fue la de servir, pero no como lo hace alguien por recibir un sueldo sino a servir porque ahí se encuentra el corazón humano,  por ende, el de la felicidad y por lo consiguiente el camino hacia Dios.  Entonces la vocación en estos dos ámbitos nos permite observar que las cosas que decidamos para nuestra vida no se fundamentan en lo que solamente yo quiero hacer sino en lo que tengo que hacer para servicio de la sociedad en la que me desenvuelvo.

No olvidemos que las carreras y oficios nacen del menester  social de cubrir huecos que ella misma va generando, es decir, necesitamos personas que velen por la salud, por la seguridad, por la limpieza, por los alimentos, etc. Pese a esto lo que pondera hoy día estriba en el hecho de qué cosa me remunera mejor y cada vez más económicamente. El lector en este momento estará pensando en cuáles son esos oficios o profesiones que dan más dinero, basta mencionar el político, abogado, médico, prestamista, etc., y qué digo sobre las personas que nos dedicamos a la filosofía. Antes de decirle eso a nuestros padres la respuesta fulminante es: “Te vas a morir de hambre”. Me imagino que esto no sólo nos pasa a los filósofos sino también  a los arqueólogos, filólogos, escritores, y todo aquello que tenga que ver con las humanidades.



Si la vocación hoy día (no digo que todos los que estudian una profesión lo hacen por dinero sino también  por vocación) es sustituida por el factor económico (ya sea para solventarla o por lo que esperamos obtener) cabe la pregunta de saber que nos espera de los servicios que puedan dar aquellas personas certificadas para ejercer tal profesión o tal oficio. Dedicarse a algo no es garantía de hacerlo porque verdaderamente sentimos la necesidad de hacerlo tal y como lo hemos explicado anteriormente con respecto a la vocación. ¿Cómo solucionamos este dilema al que hemos llegado reflexionando sobre este tema?




Una solución podría ser luchar por una sociedad más justa y equitativa que permita albergar y reconocer socialmente la función que cada uno desempeña en la misma. Por ello es necesario que la escuela como plataforma de formación de los individuos cumpla su tarea de ser un puente de perfeccionamiento de los individuos y, por ende, de la sociedad. Pero solo la escuela no es suficiente, nuestra vida moderna ha devenido en instituciones sociales, es menester que las mismas instituciones cumplan faena social. Por ello debemos estar al pendiente de lo que propone el gobierno federal y estar atento a las iniciativas que proyecta para que la sociedad civil participe y esto ayude indudablemente al desarrollo de nuestro México.


No solamente del gobierno federal, sino también del estatal, municipal, etc. El chiste es que juntos como sociedad, como organización y como comuna aseguremos un futuro que permita que la sociedad no decante en sólo y exclusivamente problemas económicos. Esto no es un sueño guajiro, soy consciente de que el dinero ha prevalecido como valor predominante sobre el desarrollo de las naciones, pero cabe la pregunta sí esa es la única forma en cómo pueden seguir manteniéndose los estados-naciones. Ante este panorama se encuentra el deseo de que las nuevas generaciones posean la vocación no sólo de servir sino ayudar a transformar el mundo en el que vivimos porque no sólo se trata de acoplarnos a lo que vivimos sino de proyectar mejores formas de convivencia humana.

jueves, 16 de mayo de 2013

Ser o querer ser.


Empieza de una vez a ser quién eres,
En vez de calcular quién serás.
Franz Kakfa

El hombre de hoy día se concibe como un ser humano global, es decir, que su vida se encuentra en un contacto permanente con otras fuentes de información -mercantil, cultural, económico, social- que engloban todo el orbe terrestre. Lo anterior no es otra cosa que la conciencia de qué no somos los únicos en la tierra y que nuestras acciones, (sean locales, regionales, estatales, nacionales –no sólo están conectadas) tienen una resonancia mundial. Esto lo podemos observar muy bien en la economía, que es un factor determinante para esta etapa llamada globalización.

Otro de los factores que suponen una interconexión global es la cultura. Jamás la cultura en el mundo será homogénea – por fortuna que somos diferentes, ya que eso nos permite enriquecernos los seres humanos mediante otras formas de comprender y ver el mundo. No obstante, las diferentes manifestaciones humanas a través de la cultura las hemos podido observar mediante la literatura, el arte, la gastronomía y, por supuesto, la filosofía (aunque cabe señalar que la filosofía es una forma de pensamiento netamente Occidental,  y en este caso ocupo el término filosofía para referirme a las diferentes formas  de pensamiento que aparecen en otras latitudes).

En la forma de concebir al hombre existen dos maneras de abordarlo según lo que nos llega de  Occidente (que es nuestra cultura) y de Oriente. Para indagar sobre la naturaleza del ser humano, tal y como se puede leer en el encabezado de este humilde artículo, tomaremos tanto al ser y el querer ser. Las dos formas mencionadas anteriormente hacen referencia a una cuestión fundamental en la orientación del ser humano inmerso en una tensión social que le exige ser parte de ella misma para conservar lo propio y encaminar los proyectos que ella misma genera.

Resulta pues nodal la concepción del ser y el querer ser; ya que en gran parte podemos comprender mejor la forma en cómo históricamente se han venido desenvolviendo tanto Occidente como Oriente. Damos comienzo al análisis que nos permita reflexionar sobre estas dos maneras de concebir al ser humano, y que el amable lector realice su propio juicio sobre ambas. Antes de dar comienzo me gustaría aclarar que la justificación de abordar esta temática estriba en el hecho de aproximarnos a lo que el ser humano es y cómo a partir del contacto con otras formas de vida y de ver el mundo se puede integrar una visión más rica de lo que hoy tenemos.

El querer ser es propio de la cultura Occidental, ya que ésta cultura desde los griegos conciben la vida humana a partir del destino que ellos deben cumplir. Podemos resumirlo en la siguiente frase: todo lo que vive, vive por una razón y esa razón es su destino. El hombre al reflexionar sobre esto descubre que en esa naturaleza intrínseca no aparece la libertad por ningún lado, entonces todo intento por no participar en ello llevará a la desgracia y, por ende, a la tragedia. Uno suele encontrar su destino por el sendero que recorre para evitarlo, decía el maestro Oogway a Po en la película Kun fu Panda, para hacerle ver que por más que rehuyamos de lo tenemos que ser, será el propio destino el que se hará cumplir, aunque sea por diferentes medios que el de la aceptación. Esta visión enclavada en una racionalidad mítica, esto es, que los mitos formaban la cosmovisión del ser humano es sustituida una vez que la ciudad toma una importancia radical en la vida del heleno, además de que el pensamiento se libera de la tutela de los mitos, aparece el deseo de libertad y con ello el camino de la vida se encuentra orientado por las aspiraciones que tienen los individuos.

La fama, los títulos, el poder son ahora las directrices del desenvolvimiento del ser humano, entonces los individuos aspiran a ser algo. Trayendo lo anterior al presente, hoy día se aspira a poseer un título universitario, sumados a grados más avanzados como una maestría, un doctorado, etc., con el fin de alcanzar mejores cosas. No sólo los títulos son importantes sino también los cargos públicos, políticos, empresariales, etc. Es decir, nos han educado para ser profesionistas, para ser mejores personas, para ser personas importantes; y esto lo hemos adoptado de tal forma que la pregunta que regularmente se hacen a los niños es ¿qué quieres ser de grande?

A diferencia de Oriente que ellos ya son, es decir, ellos no necesitan aspirar a nada porque ellos ya son lo que son y se aceptan como ser humanos con todas las cualidades que deben poseer, porque aspirar algo es aceptar que te hace falta. Esto es, ¿por qué queríamos ser mejores personas, acaso no somos personas y, por tanto, nuestra propia cultura ha presupuesto engendrar seres que nazcan en condiciones de igualdad, de amor y por tanto, eso es lo mejor que ha desarrollado el ser humano? Cabe aclarar que no es que ellos no tengan escuelas, no existan empresas o cosas por el estilo, sino que los títulos, los puestos es un agregado circunstancial de lo que ellos han estado realizando.

La gran diferencia del querer ser y ser  estriba en que el querer ser involucra una especie de individualismo fomentada por la competitividad, dejando a un lado los beneficios comunes que pueden haber en una lucha no sólo por el reconocimiento sino por querer ser mejor que fulano o mengano (dejando a un lado muchas veces una ética). Sin embargo el ser esta dispuesto a  aceptar al otro en su totalidad en tanto que las condiciones en las que se desenvuelven ocurren para todos y no sólo para unos cuántos. Lo que importa es el ser humano que hay en cada uno de nosotros y no sólo el título que poseamos en nuestra vida pasajera.  De ahí el epígrafe de Kafka, muchas veces nos la pasamos planificando y dejando para el mañana las cosas que creemos que haremos de mejor manera cuando logremos tener cierta madurez y no nos damos cuenta que la vida es lo que nos pasa a diario y es ahí donde demostramos los que realmente somos.


martes, 14 de mayo de 2013

¿Qué significa filosofía?


José Ortega y Gasset, un filósofo español del siglo pasado, decía que para saber qué es filosofía tendríamos que ir con aquello que la gente sabe comúnmente por ella, ya que,  de ahí partía el trabajo del filósofo para enseñar qué es filosofía y, por ende, dejar ver el significado de la filosofía.  La tarea que propone Ortega y Gasset es a lo sumo interesantísima, puesto que, nos lleva directamente a elaborar un examen-diagnostico de nuestra sociedad. Los resultados de nuestro examen nos darán pista de cuánto estamos cultivados en el saber o que tanto ignoramos.

El resultado que obtengamos sea positivo o negativo nos ayudará a los que nos dedicamos a la filosofía, a saber cuál es nuestro quehacer en la sociedad en la que nos desenvolvemos no sólo como filósofos sino como ciudadanos inmersos en una circunstancia cultural, política, económica, social y hasta espiritual.  En lo personal  he tenido la fortuna de impartir clases y cuando toca la asignatura de filosofía regularmente doy comienzo cuestionando a los alumnos qué creen ellos que es la filosofía, les digo que no importa si no saben la definición sino que quisiera saber qué consideran que es la filosofía, si en algún otro sitio han escuchado hablar de la filosofía o quizá en otro curso se menciono a la filosofía.

Las respuestas a mi cuestionamiento son de diversa índole. Sin embargo, existe algo en común en ellas y es que la filosofía refiere a personas que piensan mucho, además,  muchas veces ni se les entiende de qué hablan porque es muy profundo su pensamiento, y que por la actividad que realizan se alejan de los demás. Algo de verdad se esconde en las afirmaciones anteriores, sin embargo vale la pena desmentir que la filosofía no es una actividad fuera de este mundo. Veremos a continuación.

 La filosofía desde sus inicios en la Antigua Grecia se ha ocupado de las cosas más generales de la existencia humana, como lo es el hecho de preguntarse de qué están hechas las cosas, cual es el principio que ha originado que las cosas sean lo que son. Esta pregunta que para muchos suena muy profunda tiene que ver con algo esencial para el hombre y es el saber a qué atenerse. Esto significa que el hombre se pregunta porque desconoce el mundo que habita, ya que, nosotros no nacemos sabiendo qué es lo que hay que hacer para poder subsistir.

Entonces podemos decir, que formulando preguntas el hombre va otorgando sentido a las cosas que le rodean así como también procura comprender la naturaleza de las cosas como su sí-mismo. Ya que en todo comprender, también nos comprendemos a nosotros mismos. ¿Cómo sucede lo anterior? La comprensión es un acto cognoscitivo de hacer las cosas hablar, es decir, desvelamos las cosas. Esto es, que las cosas están ahí, siendo lo que son, pero el hombre las descubre en tanto que, las saca de su ser ahí, y las familiariza. Ahora ya no son ahí en un nada más sino que cobran un sentido cuando el hombre las toma para servirse de ellas en su vida.

Una vez que hacemos el movimiento de dirigirnos a las cosas las comprendemos en su ser, pero también nosotros nos comprendemos, ya que, si las descubrimos también la diferenciamos, ya que, nosotros no somos esas cosas, por tanto, vamos descubriendo lo que somos en lo que no somos. Podemos poner otro ejemplo que ilumine un poco más lo que hemos descrito. El hombre del siglo IV a.C. no es el mismo de hoy, no sólo porque existe entre nosotros el tiempo que es un inexorable transcurrir como un río, sino que no es el mismo porque no está rodeado de las mismas cosas que hace siglos. Las cosas así como el lenguaje para nombrarlas se ha modificado y con ello el hombre mismo. No es que no habitemos el mismo sitio, de hecho el mundo es lo que cambia más no la realidad que es esa que siempre hay que descubrir de qué está hecha.

Por ello, se puede decir que la filosofía es una actividad perenne así como sus preguntas, ya que siempre se está cuestionando sobre qué es la realidad, cuál es la naturaleza de ésta, y por tanto, la del hombre que habita en ella. Podemos comprobar a lo largo de la historia de la filosofía, que ha sido de más de 2500 años, que filósofos han hecho público sus teorías, sin embargo cada una de ellas responde a su tiempo y circunstancia, eso no implica que no nos sirva de nada sino que hay que apropiarnos todo ese conocimiento para que poseamos mejores herramientas para interpretar nuestro modo de ser en el mundo.

Las cuestiones filosóficas son de importancia esencial para el hombre. Reconozcámoslo o no, la pregunta filosófica modifica nuestra vida en un plano más profundo que cualquier conocimiento científico. La filosofía no es, pues, un sistema muerto, ajeno a la vida, sino, al contrario, es un pensamiento destinado a clarificar la vida y darle su sentido pleno.

Juliana González piensa que la vocación filosófica es vocación de amor: de philía o de eros. Y el amor – como lo describe Platón- es hijo de Poros y Penia, de la abundancia y de la penuria, de lo lleno y de lo vacío, de la plenitud y de la carencia, de la sabiduría y de la ignorancia. El amor es algo «intermedio»; la situación amorosa, el ser amoroso, es un «ser a medias», un ser contradictorio, es ser y no-ser al mismo tiempo. El que ama la sabiduría –el filósofo- sabe y no sabe a la vez, y a medida que crece su saber, crece en ignorancia y crece, por ende, su amor de verdad. Por eso el amor es acción, dinamismo. Y por ende, la filosofía es una constante búsqueda por saber. ¿Qué significa la filosofía? significa que estamos entre dos puntos y esos puntos son la nada, y sí la filosofía es, desde luego, esa forma que hemos elegido de estar. En conclusión la filosofía es un modo de habitar ese entre dos puntos.

lunes, 29 de abril de 2013

El futuro de la educación en México


La educación es tan importante  
como para que este  en manos de unos cuantos.
Oppenheimer


Alguien que piense que el futuro de la educación depende de una sola persona lo tildarían de loco, sin embargo en México esto y más puede ocurrir. Los poderes fácticos alcanzados por la lideresa sindical Elba Esther Gordillo, mejor conocida como la “Maestra”, sobra decir rebasa por mucho lo de otros sectores de la población. Y es que el sindicato de trabajadores por la educación es uno de los más poderosos en América Latina, a tal punto de inclinar la balanza en decisiones políticas fuertes. Y esto sobra decir que no es ninguna novedad, en México lo sabemos de mucho tiempo atrás.

No interesa decir para los fines de este artículo cual ha sido la trayectoria de la Maestra ni cuáles han sido  sus alianzas sino en reflexionar sobre las consecuencias que tiene esto para la educación y en general qué futuro se vislumbra para la misma en los próximos años. Esto con el fin de sumar opiniones al respecto de lo que para México será un cambio decisivo para las prácticas que venían haciendo no sólo al interior del SNTE sino de los demás sindicatos e instituciones.




Saber sí es un acierto o no o qué hay de fondo de tal investigación nos puede llevar a caminos que no terminaremos por caminar en este pequeño sendero, sin embargo a primera vista parece un acierto total la mirada fija en una de las personas más influyentes en lo político y en lo educativo.  Basta decir, que la burocracia educativa (sindicatos, FMI, BM) en los últimos años ha tenido mayor influencia en el rumbo de la educación que los mismos actores de ella (llámese maestros, alumnos, gobierno, sociedad).

La detención de la maestra se da a unos días de promulgada constitucionalmente  la Reforma Educativa, misma que ha suscitado manifestaciones en diferentes partes del país reclamando  allanamiento a los derechos laborales de los trabajadores. Los precursores de la Reforma se han defendido al insistir en que habrá más justicia a los trabajadores que laboren con calidad elevando el nivel educativo; y que se eliminarían viejas costumbres como el apadrinamiento o la venta de plazas que desde hace años se ha venido tratando de hacer pero sin la fortuna de la aprobación de la reforma. Por tanto, se pretende democratizar las oportunidades de ingresar al sistema educativo y aunado a eso incentivar una meritocracia al interior de la educación. Esto es, que cada uno de los trabajadores de la educación tendrá el puesto que se merece dado el desempeño que realice.

Sin embargo en varios sectores de la población se podía observar cierta incredulidad a la Reforma puesto que no castigaba a quienes habían hecho del tráfico de influencias y la corrupción un cáncer que ponía en jaque la salud del ya enfermo sistema educativo en México. Pero hoy sorprende en demasía la detención de la maestra por otros motivos indirectos a la educación y no por su propio desempeño en uno de los sindicatos más poderosos y más importantes en México. La rendición de cuentas a la maestra era una tarea imposible dado el poder que ejerce en diferentes cúpulas, sin embargo la detención viene por cierta “inmoralidad” con respecto a los recursos de los trabajadores.

Sin duda la transparencia es una de las enmiendas que la democracia ha venido cimentando en la construcción de los estados y en buena medida esto ha ayudado a la investigación de la lideresa sindical. No obstante, dado el acierto del gobierno Federal, cabe la pregunta de si esto se expandirá a otros sindicatos que bien lo necesitan para que éste país asuma con la frente en alto los compromisos que se han postergado e incluso ignorado desde hace muchos años.

Respecto a lo anterior, recientemente ha circulado en los noticieros tanto impresos como virtuales el regalo que ha hecho el líder sindical Deschamps. Me parece que eso es una grosería a los trabajadores como al propio país, debido a la crisis económica que se vive actualmente para hacer ese tipo de obsequios. Mientras en Europa se caen por las deficiencias económicas que se viven, a tal punto de que se ahorra todo lo posible para pasar el bache de la reforma, en México parece ser un paraíso para el beneplácito de unos cuantos que gastan como si la cartera no tuviera límite. Proceder en la revisión de este tipo de actos es otorgar un poco de justicia a la sociedad mexicana que ha llegado al hartazgo de qué ese tipo de cosas pasen sin que nadie haga nada.

Regresando a lo que compete con respecto al futuro de la educación en México me parece que lo ocurrido con la maestra será una pauta para pensar mejor si persisten en conservar las mañas y la forma en cómo dirigen la educación al interior del sindicato. Para la fortuna de la reforma tal parece que puede marchar viento en popa con buen rumbo hacía los fines que persigue: tomar un mayor control de la educación desde la Secretaría de la Educación, cosa que desde antes tenía que ser.

Esto abrirá sin duda el camino de la educación, ya que no estará al servicio de una sola persona. Por tanto, es menester estar atentos a los cambios que se harán al interior de la educación sin perder de vista los otros sectores importantes del país como lo es PEMEX. Ahora más que nunca los mexicanos debemos estar al pendiente de las decisiones que se toman para manejar con cuidado las cosas que orientarán el futuro de México no sólo en el ámbito educativo, sino también político, económico y social.

martes, 5 de febrero de 2013

Sobre la Fábula


Existe un distintivo peculiar en el ser humano y es el imaginar. Este distintivo rinde sus frutos en la literatura, el arte, la música, la televisión, el teatro, el cine y hasta el internet. La imaginación – se dice comúnmente- es irreal; sin embargo nosotros no podemos vivir sin por lo menos imaginar algo; entonces se vuelve algo natural la imaginación en el hombre. He dicho anteriormente que la imaginación rinde frutos en diferentes formas de expresión, por tanto eso que se dice de irreal parece poco cierto, ya que la imaginación es parte de la proyección que el hombre tiene de sí mismo, es decir, el hombre se refleja en la imaginación para ayudarse en la realidad concreta.

¿Cómo sucede lo anterior? La proyección de  la imaginación se da cuando nosotros imaginamos situaciones, hechos, discusiones, etc. Es decir nosotros imaginamos regularmente qué tenemos que hacer cuando estemos viviendo esa situaciones, qué hacer, qué decir, cómo comportarnos, etc. Pero nosotros no sólo nos proyectamos cuando imaginamos lo que acabamos de describir sino también cuando nos narran sucesos de otras personas o cuando nos insertamos en la literatura.

Un claro ejemplo lo tenemos en la fábula, la fabula es un sub-género literario que pertenece al género narrativo de la literatura. Dicho género lo debemos al griego Esopo que vivió en el siglo VI a.C. La invención de la fábula es bastante significativa para el tema de la imaginación que hemos abordado en este pequeño artículo. Y es que la fábula fue una invención (relativo a la imaginación) que Esopo realizó para proyectar aquello que despreciaba de la sociedad de aquel entonces. Por tanto utilizo la fábula para proyectar una conducta (ethos en griego) en sus conciudadanos y así dejar en descubierto los malos hábitos que existen en las relaciones humanas. Y en la estructura de la fábula se le conoce como moraleja. La fábulas tiene algo peculiar en su interior, y sobre eso reflexionaré filosóficamente en las siguientes líneas; a fin de sacarle provecho a la fábula y a la imaginación.


Las fábulas que conocemos los personajes principales son los animales, que fácilmente podemos reconocer por ciertas actitudes, por ejemplo: el burro es necio y testarudo; la serpiente venenosa y persuasiva; el león es un ególatra, la zorra es mentirosa y astuta; la hormiga es humilde y trabajadora. Lo que me interesa resaltar es que estos animales tienen una naturaleza que el hombre le ha conferido,  a tal punto que conocemos o podemos identificar fácilmente la personalidad de estos animales. Pero, lanzo la pregunta relevante ¿Si los animales tienen conductas definidas, qué conducta define al hombre? ¿Podemos encontrar una conducta que defina al hombre de hoy en día?


Aquí es donde cabe lo que hemos mencionado de la imaginación. El hombre se refleja en ella a fin de enseñarse el mismo algo. ¿Cuál es ese algo? A saber, que no tiene una naturaleza definida y que él a libre voluntad puede elegir ser cualquiera que le favorezca personal y colectivamente.  Y es por eso que Esopo denunciaba a través de la fábula cierto tipo de conductas que empobrecían las relaciones humanas y prefería otras. Las que preferían estaban cerca de lo que se consideraba justo en aquel tiempo. Para hacer valido el traer a cuenta hoy en día a Esopo, debemos voltear nuestra vista a las conductas que hoy vemos reflejadas en nuestra sociedad y a rascar los valores que hoy tenemos para pulirlos en nuestras acciones más que en nuestras palabras.

Por ello exalto el papel de la imaginación en  el presente artículo, ya que, si ella nos permite reflejarnos vale la pena proyectar lo que nosotros deseamos como sociedad y como individuos insertos en ella porque una sociedad no es otra cosa que el reflejo de nuestra gente, de nuestros valores, de nuestra educación, de nuestro lenguaje y por tanto, de nuestras acciones. Dado esto, cabe la exhortación de cultivarnos no solamente en lo que la televisión, el internet proyectan cómo lo que está de moda sino también en lo que la prensa escrita opina sobre lo que nos pasa cotidianamente, porque el diario es un espacio público de reflexión sobre las opiniones que tenemos los ciudadanos en el medio en que nos desarrollamos.

Además del diario están los libros, las revistas especializadas, de cultura general, los documentales. Ahora que se dice que estamos en una era de la información, cabe resaltar lo importante que es estar informado, pero más allá de eso lo necesario es estar formado para poder enfrentar las vicisitudes que nos presenta el día a día. De ahí que la filosofía sea una actitud que trato de reflejar mediante este escrito para invitar a dialogar sobre lo que nos pasa, lo que queremos que nos pase y lo que nos está pasando.



Por tanto, dejo una pregunta al aire al amable lector que se da tiempo de leer. ¿Qué conductas desdeñamos y cuáles son dignas de admiración hoy en la actualidad y bajo qué criterios son los que juzgamos? Dar respuesta a este cuestionamiento nos hará ver que aun el ser humano pondera las relaciones humanas cómo aquello que nos distingue del reino animal por valorar los efectos de nuestra conducta con las demás personas. 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Día Internacional de la Filosofía


“En Filosofía son más esenciales
las preguntas que las respuestas”.
Karl Jaspers

El jueves pasado se llevó a cabo el Día Internacional de la Filosofía, una celebración que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) decidió crear  para destacar la importancia de esta disciplina, sobre todo para los jóvenes, y subrayar que “la filosofía es una disciplina que favorece el pensamiento crítico e independiente y con capacidad para mejorar la comprensión del mundo y promover la tolerancia y la paz”.

La UNESCO subraya que el Día Internacional de la Filosofía no es exclusivo de tal Organismo sino  que pertenece a toda persona que en cualquier punto del planeta se preocupe por la filosofía.  Para los que nos dedicamos a la filosofía es grato saber que este tipo de organismos se preocupen para que nuestra disciplina tenga una incidencia no sólo en el ámbito académico sino también en el social. El jueves quince  fue la décima vez que se celebró este día, con ello hablamos de que se ha pretendido que la filosofía llegué a los rincones donde no existe y que se fortalezca donde ya hay.



Historiando un poco al respecto del Día Internacional de la Filosofía, en la Pronunciación de París de 1995 se estableció tal día con un doble propósito: 1) Explicar, a un amplio público el significado que tienen las disciplinas filosóficas (en especial la ética, la estética, la lógica, la Filosofía política o la Filosofía de la cultura, etc.) para la comprensión de los grandes problemas de la humanidad y, 2) Destacar el hecho de que la Filosofía es portadora de valores como la racionalidad, la argumentación y el diálogo, tan necesarios en un mundo que padece inmensas desigualdades, extrema violencia y cambios profundos en todos los órdenes.

Por tanto, la UNESCO procura que la filosofía sea un derecho que los gobiernos de todas las naciones otorguen a sus ciudadanos, puesto que la filosofía es una práctica que se da a partir de la libertad, otro derecho que debe garantizarse para la perpetuación de la paz y la tolerancia. Por ello la UNESCO pretende que se lleven a cabo prácticas filosóficas como el café filosófico, los talleres, las charlas, conferencias, etc., a fin de que la filosofía sea una actividad que esté disponible para toda persona que quiera poner en práctica la reflexión, el análisis, la escucha, la crítica y la creatividad, entre otras cosas.

Sumado a lo anterior, cabe señalar el hecho de que el año pasado la UNESCO ha publicado un libro que se titula La filosofía: una escuela de la libertad. Enseñanza de la filosofía y aprendizaje del filosofar: la situación actual y las perspectivas para el futuro donde más allá de un diagnóstico de la enseñanza de la filosofía, propone estrategias que procuren hacer de la filosofía una práctica que no sólo se suscriba al ámbito académico sino que trascienda los muros de las escuelas y que se pueda penetrar en otro tipo de instituciones como las empresas, las instituciones, los gobiernos, y otros a fin de garantizar una reflexión sobre lo nuestro presente que nos llevé inmediatamente a formularnos lo que queremos para las generaciones venideras.




Esto es de suma importancia para nosotros como ciudadanos que vivimos en un sistema político llamado democracia, dónde somos los ciudadanos los actores principales de nuestro andar como comunidad, estado y país, puesto que este sistema democrático representa los intereses de la mayoría, pero para que esto no quede sólo en el ámbito teórico tenemos que empezar a organizarnos como sociedad para dialogar con las autoridades correspondientes para encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan. Por ello es necesario que la filosofía sea garantizada, por lo menos, en la escuela para que de ahí parte para preparar a los jóvenes, que son la promesa del cambio hacia nuevos estadios del desarrollo humano donde se encuentre garantizada la seguridad, la justicia y la paz.

Que la filosofía pueda, por los distintos medios que existen, llegar a la sociedad revitalizaría nuestras prácticas democráticas, ya que, éstas contribuirían a orientar nuestros intereses como ciudadanos y, luego, como sector, comunidad para un mayor aprovechamiento de los recursos con los que se cuentan a fin de beneficiar a toda una comunidad y no sólo al poder de unos cuantos.

Por tanto, no debemos dejar que nuestra democracia se convierta en una partidocracia, es decir que sólo atienda a intereses que los partidos políticos creen los mejores o los convenientes, puesto que en la democracia no importa los intereses de unos cuantos sino los de la mayoría.

Terminando, celebro que la filosofía sea reconocida por uno de los organismos con gran relevancia a nivel mundial  y celebro a su vez que me sea permitido poder difundir que la filosofía colabora con el bienestar ciudadano.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Reflexiones sobre el día 2 de Noviembre



Esta tradición mesoamericana ha perdurado a pesar de la conquista espiritual hecha por los españoles en el siglo XV; fundiéndose en una celebración que se ha arraigado en los rituales que año tras año millones de mexicanos realizan  dando pie a lo que conocemos como Día de muertos o de Todos los Santos. En estos días se deja ver claramente  una forma de representar tanto la muerte como la vida; y la riqueza de esta tradición se puede notar en los diferentes lugares que se celebran y la forma en cómo lo hacen. En el presente artículo me daré la tarea de hacer una humilde interpretación extrayendo algunos elementos para poder filosofar sobre estos acontecimientos que se dan en la mayor parte del territorio mexicano.

Antes de la llegada del día de muertos se puede percibir en la sociedad una preparación para tal fecha, ya que, se puede observar a muchas personas acudiendo a los panteones a restaurar las tumbas de sus seres queridos así como las compras para realizar el altar (símbolo emblemático de lo que se ofrece a los difuntos); además en las panaderías como dulcerías se puede notar una forma peculiar del mexicano (la comida) de acompañar estos días, e,l pan de muerto y las calaveritas de azúcar con tu nombre es ineludible no comerse más de uno.. El altar que se prepara tiene un significado particular que vale la pena asomarse a él, puesto que, lo que se sirve en tal lecho no es sino lo que al difunto le gustaba en vida, así para cuando su alma regrese pueda oler los aromas de todo lo que consumía; desde el mezcal, caña, refresco, cigarro, tamales, pan, fruta, hasta la golosina.




En algunos lugares el día de muertos se va al panteón a velar toda la noche acompañados de guitarra, mezcal, flores, veladoras, cuetes y familiares que acuden a pernoctar. Se canta, se toma, se narran anécdotas y hasta se cuentan chistes en el panteón. Sobre este tipo de festejos más de uno se queda perplejo ante esto, porque el panteón regularmente se concibe como un lugar tenebroso y, por tanto, peligroso; sin embargo sucede todo lo contrario es el lugar con más tranquilidad excepto por los que hacen la fiesta ese día.

Me gustaría reflexionar sobre el ritual anterior y los significados que encuentro en ellos a fin de cumplir con lo señalado anteriormente.




La muerte para el mexicano no es una muerte de la cual hay que temer, ni siquiera es el final de la vida. Ya que, se sigue conviviendo con las personas conocidas a pesar de que son difuntos por ello en el altar se le ofrece todo lo que le gusta, así la celebración es un día especial donde se retorna con los seres queridos, por ello en la velada que se hace en el cementerio se canta, se cuentan anécdotas para revivir experiencias, porque recordar es volver a vivir. Así el mexicano ve a la muerte como un hecho más que ocurre y  no aquel que marca el fin de la vida sino otro modo de estar. .En ese sentido la memoria se convierte en el lugar de convivencia que año tras año hacemos valer como seres finitos.