lunes, 13 de abril de 2020

Apuntes sobre la idea del presente.

Uno de los temas que más me han apasionado ha sido el tiempo. Descubrir  la naturaleza del tiempo, el significado del tiempo y el porqué  muchos escritores, poetas, filósofos y científicos han señalado que el tiempo es el problema fundamental de la metafísica o bien de la filosofía.

Sobre el tema del tiempo han discurrido ríos de tinta, buscando explicar su naturaleza y sentido, sin temos a equivocar, ha sido de las preguntas perennes para el ser humano. Hasta el día de hoy se sigue debatiendo ciertas ideas, al final creo que se vuelve perenne en tanto que las circunstancias y los elementos que hay alrededor provocan que la pregunta siga vigente. En estas líneas abordaré una idea de tiempo que aparece en el libro del estoico Séneca "De la brevedad de la vida", donde hace alusión  al mayor de los poetas (supongo que es Homero) citando este canto:

                    "El mejor día de la vida, para lo míseros mortales, es el primero que huye"

Sobre la cita anterior, Séneca se pronuncia a favor de hacer productivo el quehacer del hombre en las cosas que enriquecen su vida, lejos del ocio y de los deleites efímeros. A lo largo del texto insiste en el hecho de que el tiempo que tenemos no es breve, más bien lo hacemos corto en tanto que lo desperdiciamos o bien lo desaprovechamos. ¿qué hacer con el tiempo que tenemos? ¿cómo lo aprovechamos de la mejor manera? ¿qué frutos podríamos cosechar del tiempo bien aprovechado? Son sin duda, las preguntas que Séneca trata de resolver a través del ejercicio filosófico. 

En lo personal la cita antes expuesta es sumamente clara, el único día del cuál somos "dueños" es el día de hoy, propiamente el presente. El tiempo tiene tres parcelas: el pasado, el presente y el futuro. El pasado es el más firme puesto que ya está construido, será siempre un fondo que nos servirá para muchos fines, sin embargo ya no podemos modificarlo. El presente, donde nos desenvolvemos y del que tenemos una incidencia hacia lo que como futuro se nos presenta, es decir puede ser el lugar donde lo que hagamos el día de hoy se nos proyecte más adelante. Y el futuro, algo inseguro e inestable puesto que nadie nos asegura la realización de éste, no obstante sirve como un halo de esperanza de realización de todas nuestras proyecciones que tengamos en el presente.

Siempre viene a mi mente la frase sobre el tiempo que aparece en una película animada llamada Kun Fu Panda, en esa escena Po (el Guerrero Dragón), se encuentra confundido y temeroso de lo que está por venir, el maestro Ooway le dice lo siguiente para calmar su espíritu: "El ayer es historia, el mañana un misterio y el hoy un obsequio, por eso se llama presente". Si se me permite, existe un puente entre estas dos ideas, a saber, que la vida está hecha de tiempo y que lo mejor de ello radica en lo que hagamos en el presente, es decir, en el hoy. Y aquí es importante señalar que no se trata de un efímero hoy que discurre y que por tanto hay que vivirlo con frenesí, como si no hubiera mañana. 




Cuando me cuestiono acerca del origen de la existencia, cuando me doy cuenta que hasta ahora los científicos no han encontrado pistas en el universo conocido de signos de vida me siento afortunado y a la vez privilegiado de saber que tengo existencia y que soy consiente de ella. De ahí que siempre encuentro una correlación con lo que estas dos referencias  nos dicen acerca del significado del tiempo y de la vida misma. El presente debe ser entendido como el acto de creación e invención humana más importante. A partir de que sabemos que el tiempo es un flujo, la conciencia de éste devenir se da en el presente, por ello las experiencias que tengamos nos ayudaran a reconocernos en el camino que hemos de andar (o inventar, pues caminante no hay camino, se hace camino al andar dice el poeta) y lo que nos impulsará a esperar del futuro algo que reconozcamos como propio en la espera. 

De lo anterior se puede destacar la pertinencia de la cita, que el día de hoy es el más importante para hacer y deshacer lo que queremos y no de nuestras creencias, pensamientos, ideas y actitudes. Pues al final de nuestra vida, evaluaremos sobre lo vivido y lo que en ella realizamos, la historia personal será el espejo con el que nos enfrentemos ese día. Hoy vivimos una etapa de confinamiento por una cuestión de salud pública, el futuro es un misterio, aún no sabemos que es lo que nos espera, lo que estamos haciendo- como medida- es sólo para proteger la vida y mantenerla, pero ¿sólo es eso lo que nos toca hacer? ¿Qué hacer con el tiempo que tenemos y cómo lo podemos aprovechar? ¿Cómo enriquecemos nuestra vida a partir de lo tenemos y podemos hacer? ¿ qué hacemos pues con el tiempo que tenemos y hacia donde lo encaminamos? Indagar sobre las respuestas a éstas preguntas nos pueden ayudar a tener una mírada filosófica sobre lo que nos pasa y no agobiarnos o bien desesperarnos en la llegada del fin del confinamiento sin haber hecho nada de nosotros. 






sábado, 11 de abril de 2020

Filosofar en tiempos de pandemia.

 

   La vida de hoy se desarrolla con una característica única, que en mucho tiempo no había sido igual para todos, me refiero a la pandemia. En eventos anteriores como las guerras y una que otra enfermedad se vivía o bien se sufría en algunas partes del mundo, por ejemplo la Segunda Guerra Mundial no fue tan mundial, puesto que muchos países no participaron en la guerra y se vivió en ciertos países de Europa y los casos de Pearl Harbor y de Hiroshima y Nagasaki. En este caso que nos ocupa, la situación cambia, el mundo (casi en su totalidad) sufre los estragos del covid-19.

No es un agente humano, sino cosas de la naturaleza (no me interesa debatir si fue provocado por los humanos o si persigue fines económico-políticos) con la que el ser humano tiene que lidiar. La presente pandemia, -aunque sus números no le dan el peso como otros males que aquejan al ser humano como la diabetes, la hipertensión, el narcotráfico, la trata de blancas- ha puesto en jaque al modus vivendi que teníamos. Ha provocado medidas como el aislamiento preventivo para restarle fuerzas al contagio de este virus. En muchos países estas medidas han tenido efectos positivos tanto para los humanos como para la misma naturaleza. Pues la contaminación del aire se ha visto disminuida, algunos animales han podido salir a las calles a mostrarse sin temor a ser atacados o apaleados. 

Son muchos los hilos que podemos sacar de esto, las conspiradores han tenido mucho trabajo en estos días, tratando descubrir el hilo negro del asunto. Lo cierto es que ha dejado ver algunos problemas que aún acarreamos como sociedad, por ejemplo: la desigualdad social y económica que vivimos (nada nuevo), el sistema capitalista más voraz (sálvese quien tiene dinero y quien pudo acumular riqueza, además de los empresarios ruines y avaros que despiden sin más a trabajadores para no pagar nominas mientras no producen o venden) la mercantilización de la vida misma (si el hombre puede trabajar me es útil, si no, no me sirve siendo una carga más) las vanidades de la vida misma ( este dilema -falso o no- de que hoy en día se le paga más a un futbolista que a un médico o investigador que solucione este problema). Lo cierto de todo esto es que hay muchas cosas que tenemos que replantearnos nuevamente como especie, como comunidad. 

Si este momento- de crisis- no lo ocupamos para re-inventarnos como personas, como seres humanos no estamos aprovechando las cosas, no estamos puliendo lo mejor que nos deja esta enfermedad. No todo es negativo, hay cosas que no habíamos pensado y que ahora obligadamente tenemos el tiempo para hacerlo. Es ahora donde el tono filosófico de nuestras preguntas tienen que escucharse con mayor eco que antes. Este "reset" a la vida tiene que darse en todas las dimensiones, por el bien de nosotros mismos. 

viernes, 3 de abril de 2020

De nuevo

Hace más de un año que no escribo, no es que no hayan pasado cosas importantes que motiven escribir pero a veces la rutina del trabajo ahoga el el ánimo. Ello no quiere decir que no haya otras instancias que propicien esta forma de discurrir a través de los signos, la angustia, la desesperación y hasta el aburrimiento son claros ejemplos de estos motores.

Ahora en estos momentos de confinamiento social y el escenario que se manifiesta a través de las redes sociales y los actos de desobediencia junto con las especulaciones de si es verdad o no lo que acontece nos llevan necesariamente a pensar muchísimas cosas que nos hacer reflexionar sobre puntos de inflexión en la naturaleza humana. Espero que para muchos este tiempo de confinamiento sea uno muy productivo en todas las dimensiones humanas.