martes, 14 de mayo de 2013

¿Qué significa filosofía?


José Ortega y Gasset, un filósofo español del siglo pasado, decía que para saber qué es filosofía tendríamos que ir con aquello que la gente sabe comúnmente por ella, ya que,  de ahí partía el trabajo del filósofo para enseñar qué es filosofía y, por ende, dejar ver el significado de la filosofía.  La tarea que propone Ortega y Gasset es a lo sumo interesantísima, puesto que, nos lleva directamente a elaborar un examen-diagnostico de nuestra sociedad. Los resultados de nuestro examen nos darán pista de cuánto estamos cultivados en el saber o que tanto ignoramos.

El resultado que obtengamos sea positivo o negativo nos ayudará a los que nos dedicamos a la filosofía, a saber cuál es nuestro quehacer en la sociedad en la que nos desenvolvemos no sólo como filósofos sino como ciudadanos inmersos en una circunstancia cultural, política, económica, social y hasta espiritual.  En lo personal  he tenido la fortuna de impartir clases y cuando toca la asignatura de filosofía regularmente doy comienzo cuestionando a los alumnos qué creen ellos que es la filosofía, les digo que no importa si no saben la definición sino que quisiera saber qué consideran que es la filosofía, si en algún otro sitio han escuchado hablar de la filosofía o quizá en otro curso se menciono a la filosofía.

Las respuestas a mi cuestionamiento son de diversa índole. Sin embargo, existe algo en común en ellas y es que la filosofía refiere a personas que piensan mucho, además,  muchas veces ni se les entiende de qué hablan porque es muy profundo su pensamiento, y que por la actividad que realizan se alejan de los demás. Algo de verdad se esconde en las afirmaciones anteriores, sin embargo vale la pena desmentir que la filosofía no es una actividad fuera de este mundo. Veremos a continuación.

 La filosofía desde sus inicios en la Antigua Grecia se ha ocupado de las cosas más generales de la existencia humana, como lo es el hecho de preguntarse de qué están hechas las cosas, cual es el principio que ha originado que las cosas sean lo que son. Esta pregunta que para muchos suena muy profunda tiene que ver con algo esencial para el hombre y es el saber a qué atenerse. Esto significa que el hombre se pregunta porque desconoce el mundo que habita, ya que, nosotros no nacemos sabiendo qué es lo que hay que hacer para poder subsistir.

Entonces podemos decir, que formulando preguntas el hombre va otorgando sentido a las cosas que le rodean así como también procura comprender la naturaleza de las cosas como su sí-mismo. Ya que en todo comprender, también nos comprendemos a nosotros mismos. ¿Cómo sucede lo anterior? La comprensión es un acto cognoscitivo de hacer las cosas hablar, es decir, desvelamos las cosas. Esto es, que las cosas están ahí, siendo lo que son, pero el hombre las descubre en tanto que, las saca de su ser ahí, y las familiariza. Ahora ya no son ahí en un nada más sino que cobran un sentido cuando el hombre las toma para servirse de ellas en su vida.

Una vez que hacemos el movimiento de dirigirnos a las cosas las comprendemos en su ser, pero también nosotros nos comprendemos, ya que, si las descubrimos también la diferenciamos, ya que, nosotros no somos esas cosas, por tanto, vamos descubriendo lo que somos en lo que no somos. Podemos poner otro ejemplo que ilumine un poco más lo que hemos descrito. El hombre del siglo IV a.C. no es el mismo de hoy, no sólo porque existe entre nosotros el tiempo que es un inexorable transcurrir como un río, sino que no es el mismo porque no está rodeado de las mismas cosas que hace siglos. Las cosas así como el lenguaje para nombrarlas se ha modificado y con ello el hombre mismo. No es que no habitemos el mismo sitio, de hecho el mundo es lo que cambia más no la realidad que es esa que siempre hay que descubrir de qué está hecha.

Por ello, se puede decir que la filosofía es una actividad perenne así como sus preguntas, ya que siempre se está cuestionando sobre qué es la realidad, cuál es la naturaleza de ésta, y por tanto, la del hombre que habita en ella. Podemos comprobar a lo largo de la historia de la filosofía, que ha sido de más de 2500 años, que filósofos han hecho público sus teorías, sin embargo cada una de ellas responde a su tiempo y circunstancia, eso no implica que no nos sirva de nada sino que hay que apropiarnos todo ese conocimiento para que poseamos mejores herramientas para interpretar nuestro modo de ser en el mundo.

Las cuestiones filosóficas son de importancia esencial para el hombre. Reconozcámoslo o no, la pregunta filosófica modifica nuestra vida en un plano más profundo que cualquier conocimiento científico. La filosofía no es, pues, un sistema muerto, ajeno a la vida, sino, al contrario, es un pensamiento destinado a clarificar la vida y darle su sentido pleno.

Juliana González piensa que la vocación filosófica es vocación de amor: de philía o de eros. Y el amor – como lo describe Platón- es hijo de Poros y Penia, de la abundancia y de la penuria, de lo lleno y de lo vacío, de la plenitud y de la carencia, de la sabiduría y de la ignorancia. El amor es algo «intermedio»; la situación amorosa, el ser amoroso, es un «ser a medias», un ser contradictorio, es ser y no-ser al mismo tiempo. El que ama la sabiduría –el filósofo- sabe y no sabe a la vez, y a medida que crece su saber, crece en ignorancia y crece, por ende, su amor de verdad. Por eso el amor es acción, dinamismo. Y por ende, la filosofía es una constante búsqueda por saber. ¿Qué significa la filosofía? significa que estamos entre dos puntos y esos puntos son la nada, y sí la filosofía es, desde luego, esa forma que hemos elegido de estar. En conclusión la filosofía es un modo de habitar ese entre dos puntos.

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