viernes, 3 de agosto de 2012

La filosofía: ¿útil o valiosa?




¿Cuál es nuestra  circunstancia? Para contestar esta pregunta podemos acudir sin duda alguna al régimen político-económico que impera en la forma de vida que se da actualmente. Pues es este régimen el que impone un ritmo (forma) de vida. La economía es la que impone tal ritmo y con esa imposición carga la balanza hacia las ciencias y técnicas para perpetuar  ese modo de ser que va determinando las circunstancias en las que nos encontramos. Lo anterior ha provocado un avance constante de la ciencia y la tecnología y con ello un ritmo encaminado hacia la producción y consumo de mercancías que van marcando el desarrollo de las estrategias políticas-económicas.

En estos avances de la tecnología y la ciencia más de uno rinde honores a los productos que se encuentran a la mano con el supuesto de una mejoría en nuestra forma de vida, puesto que, llenan necesidades que la vida misma en su desarrollo va haciendo más compleja, por poner un ejemplo: el crecimiento de las ciudades y con ello el aumento de las distancias que hay entre el trabajo y la casa se “vuelve” necesario adquirir un automóvil para facilitar el traslado al hacerlo más cómodo y con mayor ahorro de tiempo. Productos como los  televisores con alta definición, celulares inteligentes, gps, laptops, internet, aparatos de sonido, almacenamiento virtual (usb, discos duros) cámaras, automóviles, etc., viene a completar esas necesidades que se han impuesto como modo de vida.

Dado lo anterior, incluso los contenidos educativos se han tenido que modificar para poder estar a la altura de los avances que ofrece la tecnología, ya que si revisamos los planes de estudio de hace 20 años aun no aparecen las materias de computación en nuestro nivel básico cosa que ahora parece una aberración no incluir en nuestra educación esas asignaturas que hoy en día son indispensables para poder entrar en la dinámica del mundo. E incluso al profundizar más al respecto las universidades han dado apertura a carreras que lleven formar profesionistas que sepan del rubro para saber de qué se trata eso de la informática y sistemas computacionales para poder empezar a crear una cultura que nos actualice con los desarrollos que se dan en otros países en esa materia.

Y no sólo podemos hablar de la informática sino de otras carreras que con el desarrollo científico-tecnológico  han tenido un boom en nuestros tiempos como lo es la criminología, inteligencia artificial, robótica, mecatrónica, biotecnología, etc. Una de las cosas que se dicen para el estudio de estas carreras es que como son lo que está en boga es lo que mejor retribuye económicamente cargando más la balanza de las decisiones por una cuestión meramente monetaria descuidando el bien común que pueda generar estudiar dicha carrera. En ese sentido se habla que es muy útil estudiar tal cosa por los beneficios que esta entrega a la persona.

Aquí el problema reside en el hecho de que si nosotros privilegiamos lo útil consecuentemente lo aceptamos como bueno en tanto que sirve para algo y sobre ello vamos juzgando lo que se nos aparece en el mundo. En el caso de los que estudian filosofía es una pregunta de cajón la que siempre nos hacen con su siguiente sentencia: ¿Y eso para qué? ¡Te vas a morir de hambre! Me gustaría responder esa pregunta para dar pie a lo que da título a este humilde artículo.

La pregunta del para qué, tiene que ver con esas condiciones en las qué interpretamos el mundo y buscamos mecanismos para poder sobrevivir y con ello damos con lo nos resulta útil para lograr dicho objetivo. En ese sentido todo aquello que estudiamos lo debemos utilizar para nuestra vida material y en el caso de la filosofía tal parece que no ayuda a cubrir esa necesidad, puesto que en el mundo que nos toca vivir no se percibe claramente el para qué necesitamos filosofía, cómo si ésta fuese un accesorio o algo por el estilo. Y sobre la sentencia de morirse de hambre si uno estudia filosofía, ni siquiera la historia tiene argumentos a favor de esta sentencia, ya que, en toda la historia de la filosofía ningún filósofo se ha muerto de hambre, se mueren por otras cosas pero nunca por hacer filosofía o dedicarse a ella.

Aquí lo que hay que resaltar es que incluso los mismos filósofos dicen que la filosofía es inútil, puesto que, esa no es su función, ya que todo lo útil se encuentra atada a su uso y tal parece que su utilidad residiría para lo cual fue hecha. En cambio de la filosofía se dice que es valiosa en sí misma puesto que si se estudia filosofía es por el deseo de saber, buscar la verdad de las cosas y no tanto su utilidad. Por ello la filosofía es un amor desinteresado en tanto que no busca sacarle beneficios a lo que ama sino que lo hace por el amor que se pueda tener al saber por el saber. Cualquiera pensaría que se trataría de una locura de estudiar algo por estudiarlo, y quizá estemos locos pero entendemos que sin esa “locura” nuestra vida no tendría significado, puesto que el hecho de estudiar filosofía implica un deseo de saber sí hay tal significado.

Por ello no se estudia filosofía sino que se filosofa en tanto que la filosofía tiene que ver con el ejercicio del reflexionar sobre el mismo hecho que nos lleva pensar y este hecho puede estar mediado por diferentes factores. Y es en ese sentido en donde la filosofía se vuelve valiosa en tanto que se hace por ser seres racionales, es decir ponemos en práctica lo que poseemos como seres humanos y no sólo para sobrevivir. Por ello tanto el arte como la moral y con ellos la filosofía pueden nombrarse como las expresiones más elevadas que tenemos en nuestra historia, así tanto la filosofía como el arte y la moral no son productos de una cultura sino que forman parte del carácter de tal cultura.

Así pues, la filosofía es un valor en sí mismo. Hagamos una analogía con los valores para poder ampliar lo anterior y tener una mejor claridad para nuestro lector. Los valores que nosotros aprendemos no los enseñamos porque de ellos obtengamos algo útil sino porque creemos que esas son las mejores formas de convivencia que el hombre puede alcanzar y en ese sentido aquél hombre que no sólo sepa valores sino que los lleve a la vida práctica una vez reflexionado sobre lo positivo que es aplicarlo será un hombre valioso en tanto que ha encontrado un camino recto, honorable por el cual conducirse. Así mismo la filosofía, no es algo que podamos portar cómo si se tratará de un ipad, reloj, celular y que por ende seamos valiosos porque lo valioso no tiene nada que ver con el precio sino que la filosofía se lleva en el existir diario del preguntarse y buscarle sentido a las cosas que nos rodean.  Y cuestionarse significa estar vivo y eso es algo valioso en sí mismo.
             

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