sábado, 11 de abril de 2020

Filosofar en tiempos de pandemia.

 

   La vida de hoy se desarrolla con una característica única, que en mucho tiempo no había sido igual para todos, me refiero a la pandemia. En eventos anteriores como las guerras y una que otra enfermedad se vivía o bien se sufría en algunas partes del mundo, por ejemplo la Segunda Guerra Mundial no fue tan mundial, puesto que muchos países no participaron en la guerra y se vivió en ciertos países de Europa y los casos de Pearl Harbor y de Hiroshima y Nagasaki. En este caso que nos ocupa, la situación cambia, el mundo (casi en su totalidad) sufre los estragos del covid-19.

No es un agente humano, sino cosas de la naturaleza (no me interesa debatir si fue provocado por los humanos o si persigue fines económico-políticos) con la que el ser humano tiene que lidiar. La presente pandemia, -aunque sus números no le dan el peso como otros males que aquejan al ser humano como la diabetes, la hipertensión, el narcotráfico, la trata de blancas- ha puesto en jaque al modus vivendi que teníamos. Ha provocado medidas como el aislamiento preventivo para restarle fuerzas al contagio de este virus. En muchos países estas medidas han tenido efectos positivos tanto para los humanos como para la misma naturaleza. Pues la contaminación del aire se ha visto disminuida, algunos animales han podido salir a las calles a mostrarse sin temor a ser atacados o apaleados. 

Son muchos los hilos que podemos sacar de esto, las conspiradores han tenido mucho trabajo en estos días, tratando descubrir el hilo negro del asunto. Lo cierto es que ha dejado ver algunos problemas que aún acarreamos como sociedad, por ejemplo: la desigualdad social y económica que vivimos (nada nuevo), el sistema capitalista más voraz (sálvese quien tiene dinero y quien pudo acumular riqueza, además de los empresarios ruines y avaros que despiden sin más a trabajadores para no pagar nominas mientras no producen o venden) la mercantilización de la vida misma (si el hombre puede trabajar me es útil, si no, no me sirve siendo una carga más) las vanidades de la vida misma ( este dilema -falso o no- de que hoy en día se le paga más a un futbolista que a un médico o investigador que solucione este problema). Lo cierto de todo esto es que hay muchas cosas que tenemos que replantearnos nuevamente como especie, como comunidad. 

Si este momento- de crisis- no lo ocupamos para re-inventarnos como personas, como seres humanos no estamos aprovechando las cosas, no estamos puliendo lo mejor que nos deja esta enfermedad. No todo es negativo, hay cosas que no habíamos pensado y que ahora obligadamente tenemos el tiempo para hacerlo. Es ahora donde el tono filosófico de nuestras preguntas tienen que escucharse con mayor eco que antes. Este "reset" a la vida tiene que darse en todas las dimensiones, por el bien de nosotros mismos. 

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