Me preguntaba si después de lo que te dije aun seguías pensando en mi. Por más que trato de olvidarlo, tu sonrisa me persigue. He tenido que multiplicar mis pasos y quehaceres para no pensarte, pero tu presencia se hace más pesada en las pequeñas pausas que tengo en el día.
Cuestan más las cosas a la distancia, sí somos presencia ineludiblemente, ineludiblemente perdemos la fe cuando no encontramos indicios en todo una vez dijimos.
¿ Vale la pena escarbar en aquello que un día sembramos a base de besos, sonrisas y madrugadas?