Como todos sabemos, a
Septiembre se le conoce como el mes de la patria. Esto porque en la historia de
nuestro México sucedieron eventos relevantes
que fueron motivo para nombrarlo como tal.
Los hechos a los que hago referencia son el nacimiento de José María
Morelos (27/09/1765), el inicio de nuestra independencia (16/09/1810), la
entrada triunfal a México del ejército Trigarante liderado por Iturbide,
marcando el fin de la independencia (27/09/1821) y la defensa del catillo de
Chapultepec (13/09/1847). Pues bien son estos sucesos los que hacen especial
este mes en nuestro México, en las siguientes líneas me ocuparé de reflexionar
acerca del significado que hoy día podemos percibir, en particular, del grito
de independencia. Esto con el fin de sumar a estos días una mirada filosófica
que pueda ayudar a interpretar y dotar de significado nuestro presente patrio.
Celebrar nuestra independencia
debe, por lo menos, alentar la reflexión sobre nuestro pasado, presente y
futuro que hoy vivimos y esperamos de nuestro México. Cuando menciono pasado no me refiero al
simple hecho de rememorar el grito, como si se tratará de mencionar efemérides,
sino averiguar que sentido histórico
poseemos los mexicanos; revisar si existe algún discurso oficial dado por el
Presidente, gobernadores, autoridades municipales, etc., en torno a la
celebración de este día, para que de ahí la gente pueda entender cómo los
actores políticos están viendo el desarrollo de nuestro país. Lo anterior, sin
duda alguna, podría coadyuvar a tener una mayor significación de este mes, en
tanto, que se trata de reflexionar en qué medida se ha procurado llevar una independencia
que rinda cuentas sobre los propósitos por los que se levanto la voz de la
independencia.
Reflexionar sobre el
presente, nos lleva a asomarnos introspectivamente a nuestro México de todos
los días, ver que México tenemos y contestarnos sí este es el México que se
proyectaba en la lucha por la independencia, ese México que procuraba
identificarse en los Sentimientos de la
Nación de Morelos, y sobre todo, contestarnos sí este es el México que
queremos para hoy y para el mañana. La pregunta que indaga sobre el presente
debe estar teñida de una crítica constructiva, es decir, que diga tenemos esto
pero podemos hacer esto. Y esa pregunta no sólo debemos hacerla a nuestro
México plural de hoy, sino a cada uno de los mexicanos, mexicanas,
instituciones, autoridades públicas, organismos, para que cada uno rinda cuenta
de lo que hasta ahora se ha construido o se intenta proyectar de aquí para
adelante.
Por último, sobre el futuro
porque en gran medida las riendas de nuestro andar colectivo depende en su gran
mayoría de nosotros mismos, por tanto lo que nosotros queramos corregir sobre
la situación presente y futura que nos espera debe estar sometida a conciencia
de que nosotros somos responsables de nuestro destino. Las circunstancias en
las que se encuentra nuestro México querido –quizá- no sean las óptimas pero se
trata de salvarlas como diría Ortega y Gasset para salvarnos a nosotros mismos.
Por ello insisto, que la administración de nuestro país no debe estar a cargo
de la clase política sino que debe intervenir la sociedad civil, las
instituciones ya establecidas como la educación, para dejar ver cuál es el
propósito que persigue cada sector de nuestra sociedad. Ello nos llevará
directamente a la democratización de nuestra sociedad, porque hasta ahora se ha
confiado en qué este es el mejor sistema que evita la tiranía, la dictadura y
toda forma de represión de la participación ciudadana, por ello debemos hacer
valer lo que el mismo sistema nos ofrece para poder insertarnos en su dinámica.
Por ello, en el mes de la
patria no sólo se debe festejar con grupos populares en las plazas principales
de nuestro país, sino que debe de asomarse el sentido histórico, creativo,
cultural que nuestra sociedad necesita para revitalizar el bien común que lleve
de nueva cuenta a ser partícipes de causas justas, y por tanto, necesarias para
nuestra sociedad. Y en ese sentido creo que es responsabilidad del gobierno, de
por lo menos, ofrecer las herramientas necesarias para que desde sus distintas
instituciones (cultura, arte, turismo, deportivo, educación) pueda reflejarse
cómo se representa cada uno de ellos el mes de la patria. Logrando así que
distintas facciones de nuestra sociedad trate de integrar a la sociedad con el
fin no sólo conmemorativo sino de espíritu nacional.
En ello radicaría tener un
mes patrio, como celebración de nuestro México que procura revitalizar un
sentimiento histórico, que sin duda, ayudará a cohesionar nuestra sociedad. Y
para empezar la iniciativa quisiera dejar una pregunta abierta al amable lector
que dedica su tiempo a estas líneas: ¿Cómo vive, percibe, siente, celebra,
usted, el mes patrio?