viernes, 19 de marzo de 2010

como un baston

¿Alguna vez te has sentido contento por haber tenido una relación? Ya cuando la tormenta de la euforia ha pasado. Cuando ha pasado esa desesperación que te ahoga y no te deja ir a la superficie. Ya cuando las lágrimas han dejado de brotar por su propio bien. Uno recuerda los buenos "buenos" momentos que tuvo, pero n para seguirte clavando sino por eres gustoso de la memoria y deleitarse en ese gozo es darte cuenta de que estas vivo.

la relación la recuerdas como una película, los diálogos son los que tu elegiste recordar porque son lo que mas aprehendiste. Así como pasa en los libros de historia donde sólo rememoran lo "importante"; pero jamás encontrarás un relato donde diga: "y después de haber conquistado la ciudad de Tenochtitlan decidieron celebrar con pulque y algunos terminaron con un dolor estomacal que les impido no salir del baño"

Lo bueno de las relaciones es que no deciden buscar el último sentido que una relación se haya propuesto sólo sales con una chica que te gusta, que te agrada su mirada, su sonrisa y que imaginas que tu primer beso con ella, ella te dará su corazón.

Y sí lo vemos por el lado positivo esa relación marca tu nueva forma de relacionarte con alguien, pues tratas de evitar ciertas cosas que sólo hacen un poco tedioso el momento. salvar los posibles problemas es más común cuando tienes experiencia pues velis nolis tu querer es estar de una manera mejor con quien ahora has decidido salir. el problema que resulta de eso es que terminamos más clavado que la vez anterior: ¿virtuoso o peligroso?

Reafirmo que hay que verlo por el lado positivo puesto que no es lo mismo vivir con la enseñanza pretérita del que me es más sano no hacer y sí hacer que con los fantasmas del pasado. Los fantasmas resultan como telarañas que no te dejan ir erguido en la vida.

-conceder un ratito tu imaginación-

Un bosque, muchisímos arboles que te permiten caminar si haces una especie de zigzagueo entre ellos, las ramas están tan caídas que parecen cortinas y hay mucha hierba crecida. tu movimiento es a veces tonto, tienes que subir un pie para no enredarte con la hierba, como que te apoyas con la mano derecha en el tronco de un árbol y con la izquierda esquivas una rama que cae del otro árbol, todo esto más o menos agachado.

Vas caminando y no se trata sólo de hierba crecida y de ramas sino que hay una telarañas atadas de árbol a árbol esperando que algún insecto quede atrapado. el angosto sendero por donde vas caminado se topa con esa telaraña y tu tratas de esquivarlo con la mano. Si bien el camino de la vida es por momentos así, hay obstáculos como ramas o hierbas que tratan de balancearte y es posible que caigas si no tienes los pies bien puestos en el suelo. La vista a veces se nubla pero sabes donde esta el camino y sigues así caminando. Pero las telarañas te hacen hacer una cara de espanto, de miedo y de que algo te da asco.

Pues de alguna manera los malditos fantasmas se manifiestan así, te hacen tener miedo en las nuevas relaciones porque piensas que te va a pasar lo mismo una y otra vez. El espanto produce una especie de estancamiento emocional. Y el asco te deja ese mal sabor de la vida como para no probar más. Y desgraciadamente todo esto no te libera.

No quiero fundamentar el camino sin telarañas, las hay pero habría que convivir con ellas, saberlas sobrellevarlas, entonces, ahora sabemos que hay telarañas en el camino y entonces recogemos una vara del suelo para que la próxima vez que aparezca una no tengamos la necesidad de agarrarlas con la mano, sino con una sutil rama delgada como el pensamiento.

Los fantasmas no hay que olvidarlos porque al final también nos enseñan algo, creo que sólo hay que dejarlos ser porque nosotros también somos. es ahí donde una relación se vuelve un buen agrado de haberla tenido. Sí no hubiera sido por eso no h abríamos develado un poco lo que realmente buscamos.

jueves, 18 de marzo de 2010

neblina

Gracias a la neblina he podido caminar,
La poca luz ha cumplido mi proposito,
puedo ser nadie,
puedo ser la misma neblina

martes, 16 de marzo de 2010

El recurso de la escritura no es un alejamiento del mundo como algunos creen, pues en la escritura uno puede reflejar cualquier estado de ánimo o cualquier molestiaalgún tema en específico lo amerita. Es mas bien el discurso que guarda uno con el mundo. Aquel que se lanza a la tarea de la escritura ignora en absoluto a quien se dirige, bueno si lo que escribe no posee dedicatoria, el caso es que uno le habla al mundo, a los otros que están ahí y para nada lo pienso como un salvar la persona de ese yo con los otros.